viernes, 6 de julio de 2007

DESARROLLO ESTABILIZADOR


MODELO DE DESARROLLO ESTABILIZADOR



El desarrollo estabilizador fue el eje de la política de tipo de cambio después de la devaluación del sábado de gloria de 1954 llevó al gobierno de Ruiz Cortines a definir la estrategia de colocar el tipo de cambio como el objetivo central de la política económica y manipular las presiones devaluatorias como la inflación. Los alcances de esta política de desarrollo estabilizador llegaron hasta 1976, veintidós años después cuando la inflación rompió el equilibrio y provocó la devaluación.


En un enfoque histórico, el desarrollo estabilizador fue una estrategia de desarrollo. Sin embargo, el bienestar no alcanzó para todos. Hacia 1970 el país reveló déficit social amplio. La producción industrial llegó a su límite con la política de sustitución de importaciones. El campo se hizo dependiente de los subsidios oficiales y no alcanzó a industrializarse. EL Estado rompió los equilibrios fiscales con aumentos en el gasto y el estancamiento de los ingresos. Y finalmente la inflación tronó la economía.




Los gobiernos de López Mateos y Díaz Ordaz aceptaron el modelo de desarrollo estabilizador y se ajustaron a sus exigencias: controlar prioritariamente la inflación, ejercer el presupuesto sin déficit y atender las prioridades sociales. El gobierno de Echeverría buscó mayor atención a la desigualdad social, pero sin atender a la estrategia de desarrollo estabilizador pero también sin modificar la política económica: aumentó el gasto y mantuvo igual el ingreso. El déficit presupuestal estimuló la inflación. Y en medio de tensiones políticas con el sector privado, el gobierno de Echeverría no resistió la fuga de capitales de 1976 y se vio obligado a devaluar.


El modelo de desarrollo estabilizador es un periodo característico por su crecimiento económico sostenido y estabilidad de precios. Contempla los sexenios que van desde 1952 y hasta 1970, y la tasa media de crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) es de 6.56%; el PIB por habitante creció año con año en 3.74% y la Inversión Fija Bruta por habitante lo hizo en poco más de 6%.


El desarrollo estabilizador se sustentó en una “economía de mercado con un relevante intervencionismo del sector público como rector y promotor activo del desarrollo económico, como regulador del comercio exterior y de los mercados internos de bienes y servicios básicos, como inversionista en áreas estratégicas y como promotor del bienestar social mediante leyes laborales y agrarias e instituciones sociales de educación, salud y servicios básicos”.


Los principales objetivos planificadores:


1.Elevar el nivel de vida de la población, sobre todo de los campesinos, obreros y ciertos sectores de la clase media.
2.Continuar aumentando el ingreso nacional.
3.Acelerar el proceso de diversificación de actividades productivas en la economía.
4.Avanzar en el proceso de industrialización dando preferencia a las industrias básicas.
5.Lograr un desarrollo regional más equilibrado.
6.Propiciar el aumento de la productividad de todos los factores de la producción, no sólo de la mano de obra.
7.Lograr un mejor aprovechamiento de los recursos financieros nacionales mediante una adecuada coordinación de las políticas monetaria, fiscal y de crédito para ampliar las fuentes de financiamiento no inflacionarias y coadyuvar al mantenimiento de la estabilidad cambiaria.
8.Preservar la paz interna a través de la vigencia de la Constitución y con el fortalecimiento del régimen democrático surgido de la Revolución .


El periodo de desarrollo estabilizador es un referente histórico obligado para entender la evolución de la economía mexicana y con ello poder contrastar los modelos, las políticas económicas de la economía mexicana en su conjunto. Así, durante este periodo, puede observarse que la economía mexicana conoció un fuerte crecimiento con estabilidad de precios, grosso modo. Véase gráfica 1.


La gráfica es ilustrativa de las tendencias que se registraron en este periodo: Un PIB con una tendencia ascendente (pendiente positiva de 0.0954) y la inflación hacia una dinámica descendente (pendiente negativa de –0.2039). La tasa media de crecimiento del PIB fue de 6.7 por ciento mientras que la inflación lo hizo en 4.2 por ciento para ese periodo. Sobresalen las tasas de crecimiento del PIB de 8.1 por ciento para 1960 y 1968, mientras que para 1964 la economía creció a 11.7 por ciento. Respecto a la inflación, resaltan tasas de crecimiento de 2.4, 2.9 para 1968 y 1967, respectivamente.


También, cabe añadir que el tipo de cambio fijo de 12.50 pesos por dólar se volvió en un verdadero objetivo de la política económica. Esto se debió a que los responsables de la política económica mexicana creían que la estabilidad cambiaria era una condición sine qua non para el progreso económico de tal suerte que había que considerarlo como un auténtico objetivo.


En esta época se decidió no servirse de la modificación del tipo de cambio para intentar corregir el desequilibrio externo, sino más bien hacer un llamado a los capitales extranjeros (inversión extranjera y crédito externo) como fuente de financiamiento del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos. En efecto, el déficit fue financiado tanto con inversión extranjera directa como con créditos externos.


La política fiscal actuó en el sentido de promover el ahorro y la inversión; subsidios, exoneraciones y bajas tarifas de bienes y servicios públicos, fueron la clave para fomentar el ahorro y la inversión. En suma, podemos decir que el llamado desarrollo estabilizador, tuvo objetivos de política económica muy precisos: crecimiento del producto real, estabilidad de los precios y tipo de cambio fijo. Por otro lado, ciertos instrumentos de política económica para alcanzar los objetivos: nivel del gasto público, control de la cantidad de moneda gracias a reservas obligatorias en la banca central y endeudamiento externo.


Si se juzga el modelo de desarrollo estabilizador con respecto a sus objetivos, se puede pensar que éste tuvo éxito ya que hubo un importante crecimiento económico con estabilidad de precios y constancia en el tipo de cambio. Sin embargo, a nivel financiero se podía constatar ya dos importantes desequilibrios: el desequilibrio de cuenta corriente de la balanza de pagos y el déficit del sector público. Estos desequilibrios sólo eran la manifestación a nivel financiero de importantes desequilibrios que estaban acentuándose a nivel del sector real de la economía”.


La ruptura del modelo de desarrollo estabilizador provocó desajustas de fondo. El gobierno de López Portillo se enfrentó a un problema similar al de Echeverría: atender las demandas sociales. Sólo que tuvo los crecientes ingresos petroleros. Al final de cuentas, sin embargo, no se trató sólo de dinero para gastar sino de analizar las razones de la inflación. En el gobierno de Echeverría, la inflación fue producto del déficit presupuestal. En el gobierno de López Portillo la inflación aumentó por la inyección de circulante a la economía, sin atender la disponibilidad de la demanda.